jueves, 6 de agosto de 2009

Heroes anónimos

Me gusta el texto de Hebreos 13:2 que menciona que no hay que descuidar la hospitalidad, porque por ésta algunos hospedaron ángeles sin saberlo.

Esta declaración da para muchas reflexiones. Se puede discutir acerca de la existencia de los ángeles, de su naturaleza, de la hospitalidad y la buena atención, de...finitivamente de muchas cosas.

Yo quiero referirme a un elemento que está implícito en el texto y tiene que ver con el factor sorpresa. La sorpresa de saber que el huésped no era lo que pensaba uno que era. Pero no se refiere a una sorpresa negativa, como cuando te percatas de que algo no anda bien y descubrir con horror la causa... y pero aun, el efecto.

Se trata más bien de sorpresas agradables. Sorpresas de la vida que vale la pena experimentarlas, pero que no se buscan. No son el resultado del curso intensivo de "cómo alojar ángeles" o "cómo estar preparado para cuando nos sorprenda un ángel". Son situaciones emergentes, inesperadas.

Y ahí está precisamente el corazón de mi reflexión. A ustedes y a mí nos ha pasado que cuando menos lo esperábamos, pero cuando más lo necesitábamos, surge la ayuda, la bondad, la atención, el cuidado, la empatía, y no de aquel que sabemos podría ayudarnos, si no de un total desconocido o incluso, de un conocido -aunque quizá quisiéramos no conocerlo- del que esperábamos menos que nada. Y sucede.

Nos hemos topado con personas que sin ninguna razón nos tienden la mano. Y se convierten entonces en héroes anónimos. No sabemos de ellos nada y ellos no saben de nosotros nada, pero eso no importa porque la falta de conocimiento no fue un obstáculo para involucrarse.

Estos héroes anónimos, nuestros ángeles improvisados, tienen el don de aparecer en el momento justo, en el lugar correcto. Y no piden nada a cambio, aunque comparten nuestra alegría o nuestra tranquilidad como resultado de sus acciones.

Y lo más interesante aun, son héroes, son ángeles aunque ni ellos mismos lo saben, ni tampoco lo pretendieron. Así que, no descuidemos la hospitalidad, con nadie, porque no sabemos si en realidad podemos estar atendiendo a ángeles, y lo único que estaríamos haciendo es devolviéndoles un poco de lo mucho que nos han dado.

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