jueves, 20 de abril de 2017

Cómo ser un buen modelo sin querer serlo

Me pasó como contó una vez García Másquez, en alusión a que en ocasiones había escrito buenos libros, pero que le había costado horrores ponerles un buen título; pero también había escrito títulos tan buenos, que ya no había necesidad de escribir los libros porque la historia estaba contenida en dichos títulos. A una nano-escala me pasó igual: tenía listo el título de este artículo, pero no me atrevía a escribir porque pienso que lo que quiero decir hasta cierto punto está autocontenido en el mismo. 

El título indica que una persona puede ser un buen modelo a seguir para otros, sin esforzarse tanto  en serlo, o parecerlo, que no es lo mismo, ni tampoco es igual. Es decir, no se trata de estar consciente todo el tiempo de que hay que ser recto, íntegro, disciplinado, para que los demás vean que en realidad pueden tomarnos como referencia de buen ejemplo a seguir. Eso no es sostenible en el tiempo y además, todos fallamos de una u otra manera. 

La idea es vivir una vida que naturalmente se viva de forma consecuente con lo que se piensa y se cree. Que lo cotidiano sea vivir en función de los valores y principios que son correctos. No salirse del camino trazado. Que las acciones giren en torno a este concepto y a esta decisión. Porque es una decisión. 

Y de esa forma, los demás podrán ver que tenemos cosas buenas que son dignas de imitarse, emularse. No lo pretendemos de esa forma, pero las buenas acciones, las buenas intenciones son como grandes luminares que serán apreciadas por todos. 

miércoles, 19 de abril de 2017

Cada vez se pone mejor!!!

Esta aventura, a la que llamamos vida, podemos sobrellevarla como una carga pesada, larga y cansada. Probablemente sería justo. Sí, porque está llena de pesares, problemas, dolores, malos ratos y malos tratos, por mencionar algunas realidades cotidianas. Vivir pensando esto es una opción de vida, es válido. Y hay que seguir adelante. 

Pero creo que hay otra opción, a la que me sumo por supuesto, y es la de entender que a pesar de todos los sinsabores frecuentes, hay una serie de aspectos de la vida que valen la pena ser destacados y que hacen que la misma sea emocionante. Poneles atención a algunos de estos recursos vitales porque a mí me han resultado valiosos; no los he puesto por orden de importancia, sino como se me vienen ocurriendo: 

1. No estamos solos. Y con eso no postulo por la vida fuera de este planeta (esa es otra plática). Me refiero a que hay vida en este planeta, pero no más allá del horizonte, sino al lado o a la vuelta de la esquina. Hay quienes nos acompañan en esta vida. Nos toca a nosotros decidir si queremos inferir de ellos las cosas que no nos agradan o las que no. Porque todos tenemos defectos. Aunque un amigo mío decía algo como esto, en son de broma: "antes yo era orgulloso, ahora... soy perfecto!". Tenemos días malos, donde nadie nos aguanta, ni nosotros mismos. Y aunque suena a disculpa, los que saben nos dicen que si estamos enfermos, hace mucho calor o frío, tenemos dolor de cabeza, o ya estamos en la etapa de la menopausia o la andropausia, por mencionar algunos estados, podremos estar mal humorados, aislados, "retrecheros" (en Nicaragua, mi país, significa: pleitista, revoltoso), hipersensibles. Pero es mejor tener a nuestra gente cerca que no tenerla. No somos islas. Los demás, si lo pensamos bien, nos enriquecen. 

2. Siempre está la familia. Para los que tenemos familiares cerca, es una bendición tenerlos. En nuestra cultura latinoamericana son esenciales. Pueden ser metidos/metiches, sinceramente groseros, darnos consejos no solicitados y extemporáneos y ser pedigüeños, pero están ahí. Siempre. En las malas también. Extendiéndonos sus brazos. "Donde comen dos, comen tres" (o cinco, como en mi caso). "se le echa más agua a la sopa". "Mi casa es tu casa". 

3. Nuestros cómplices en el amor. En mi caso, partidario de las relaciones serias, permanentes, comprometidas, tradicionales y por tanto, sostenibles en el tiempo y la distancia, tuve la fortuna de hallarme en la vida a un ángel (¿o "ángela"?) que me aceptó tal como soy y se arriesgó a caminar junto a mí. No es bueno que el hombre o la mujer estén solos. Y las malas experiencias -incluso las brutales experiencias, las que dejan marcas y cicatrices, principalmente en el alma- no deben, ni pueden descalificar la belleza de una relación, donde prima el amor no fingido. Es cierto, mi ángela se enoja, me ha hecho su mirada fulminante y no comparte muchos de mis puntos de vista. También yo. No pasa nada. Y no pasa nada porque decidimos ver lo mejor del otro, voluntariamente ceder espacios y "derechos", disminuir los defectos del otro hasta su mínima expresión. Echarle ganas al asunto. Como escuché a alguien decir una vez, no se trata de decir en respuesta a la pregunta de cómo va la relación: "ahí vamos, luchando". ¿Luchando? El matrimonio, la relación de pareja, no es para ir por la vida luchando, a ver qué pasa, cuánto aguantamos, incrementar nuestro nivel de soporte del dolor.... La idea es disfrutarnos mutuamente y para eso no se requiere mucho: una conversación sosegada acompañada de su correspondiente taza de cafecito; un abrazo y un beso regalado sin pedirlo, ni exigirlo; una frase intencionada "levanta-ánimos"; o solo estar ahí en el día malo. Son cosas que el dinero no puede comprar, para todo lo demás está...!!!

4. El trabajo. ¿Qué? Si, el trabajo. Gracias a Dios por tenerlo. Por estar mega-súper-ultra ocupados. Quizá no nos paguen lo justo, o no nos alcance con lo que nos paguen. A lo mejor el jefe nos regaña mucho, o nuestros compañeros nos hacen más pesado el día, o siendo claros, a estas alturas del juego esperábamos algo mejor. No sé. Pero qué bueno que tenemos trabajo. Un trabajo digno que sirve como medio para un fin mayor, el de atender las necesidades de la familia y, cuando se puede -y siempre se puede- ayudar a otro, a otros, con el micro-aporte que aún no llega a tamaño grano de mostaza. Entonces gracias a Dios por el jefe, los colegas, el cubil que tengo por oficina, el honorario (por si no llega a ser plural: los honorarios"), la rutina, la competencia, el día a día. Eso es parte de la vida. Bienvenido al planeta tierra.

5. La prole. Para mí los hijos son un milagro. Tengo tres milagros. Y todo el día se la pasan peleando, discutiendo, gastando energía -renovable debe ser, porque se reinicia al día siguiente-, poniendo quejas, inventando, exponiéndose al peligro, metiéndose en problemas, experimentando con todo y por todo, preguntando -y no sólo en la "etapa del preguntón"-, cuestionando, pidiendo, demandando.... Me he levantado muchas veces en la madrugada para ver si duermen bien y reafirmo mi convicción de que son un milagro. Un donde de Dios para la Mary, mi ángel, y para éste, su servidor. Me río de los comentarios como éste: "los hijos matan el amor de la pareja". Sólo el que no ha ensanchado su corazón para experimentar otros tipos de amor, que no seas el específicamente romántico, puede afirmar tal tontería. Es lo contrario, los hijos te completan, perfeccionan el amor de pareja; de alguna forma te purifican porque te hacen ser mejores, ser buenos. Esa manito chiquitita que me alcanza en el hueco de mi mano; ese pie que va creciendo, junto con la necesidad de nuevos zapatos; esa expresión de felicidad o de asombro que ilumina el rostro de mis hijos cuando abren el regalo, o se sorprenden por algo; todo eso, es insustituible. 

Para muestra un botón. Lo que he referido es apenas la punta del iceberg de las cosas que hacen que la vida valga la pena vivirla. 

lunes, 9 de noviembre de 2015

Cómo nos cambian la vida

Al principio había silencio. Hoy ya no más. Antes las cosas cumplían su vida útil. Ahora se desmaterializan al contacto con una pelota. 
Mi casa está permanentemente llena de energía, porque los niños son incansables. Están hechos de una especie de materia incombustible que mantiene su vitalidad a flor de piel. 
Con el primero "pagamos cara la novatada". Con los otros dos... también. 
Desde hace trece años dormimos poco. Ellos, cuando por fin se duermen, entran en modo "piedra" y hasta cuesta despertarlos. 
Se lucha por todo: para que coman, para que se desvistan, para que se vistan, para que se bañen, para que dejen de pelear.  
Poner quejas unos de otros se ha convertido en un deporte filial. Y nosotros, sus padres, que tenemos las facultades que nos da la patria potestad, dirimimos las diferencias, previa tarea "sherlockholmesca" de armar el rompe-cabezas de lo sucedido.  
Lo poco que llevan de vida lo han vivido al máximo. Pero no sin "riesgos", lo que se evidencia por unos moretones aquí, unas cicatrices frescas allá, unos raspones por acullá. 
Ellos sueñan con crecer rápido. Nosotros con lo contrario. Pero no se puede vivir la vida por ellos.
Con ellos nos hemos vuelto polifuncionales. Hacemos de médicos, consejeros, deportistas, enciclopedias humanas, guardas de seguridad, canguros, monigotes. 
Por ellos estamos al tanto de las películas infantiles, personajes de dibujos animados, tendencias, lenguajes, músicas...
Cambiaron para siempre nuestras rutinas diarias. Ellos son prioridad. 
Y si alguien al final del día, en medio de los escombros, cuando todo por fin ha acabado y mientras ellos recargan sus baterías para comenzar el mare mágnum nuevamente, nos preguntar: ¿vale la pena? Sin dudarlo responderíamos, por supuesto!!!!

lunes, 5 de enero de 2015

Evolución

Antes quería libertad de movimiento. me sentía bien conmigo mismo. solo. 
Hoy tu falta me entristece; ya no disfruto si no estás conmigo. 
Ayer deseaba ir a mil lugares, conocer, viajar, experimentar, respirar nuevos aires... 
Hoy soy feliz por el espacio que ocupamos juntos. Tu compañía es suficiente para tener aventuras en lo cotidiano, en lo rutinario.
Tenía planes en primera persona. Era yo frente al mundo. No necesitaba nada y a nadie. 
Hoy soy parte de un proyecto mayor, más grande, sin egoísmos. 
No puedo solo. Te necesito. Juntos somos mejores. 

jueves, 13 de agosto de 2009

Homenaje al optimismo

Me lo encontré en un blog extraordinario (http://www.elblogdecristianosh.blogspot.com/) y me encantó desde el inicio.
Se trata de un video que me tomó por sorpresa y desde ese momento se ha constituido en uno de mis preferidos. Todo me gusta: el formato, los actores, la trama, el mensaje... todo.
No te cuento de que se trata porque no tiene sentido que te robe la sensación que tuve cuando lo miré por primera vez. Lo que si te puedo adelantar es que vale la pena verlo una y otra vez. Porque a las cosas buenas hay que apreciarlas y volverlas a disfrutar. Lo puedes ver ingresando a este vínculo: http://www.youtube.com/watch?v=Cbk980jV7Ao&eurl=http%3A%2F%2Felblogdecristianosh%2Eblogspot%2Ecom%2F&feature=player_embedded
Tanto me ha gustado que se lo he pasado recomendando a todo el mundo. Y es que para mí, es un homenaje al optimismo. Se enmarca en el tipo de mensajes que son hoy más pertinentes que nunca, por cuanto apelan a lo mejor de nosotros mismos, en un tiempo de cambios, donde lo peor de la gente es lo que está a flor de piel.
Para mí, Validation es una apuesta a la esperanza. A que hay todavía personas que no son sólo inocuas, si no que en realidad son buenas o al menos aspiran a serlo.
Lo interesante es que este tipo de historias nos gustan porque cada vez menos nos parecen reales y hasta nos suenan exóticas o excéntricas. Es como si nos estuviéramos convirtiendo en cínicos que vemos las cosas nobles, los valores familiares, el pacto de caballeros, la fe, la fidelidad conyugal, o el amor genuino, por citar algunos temas, como historias de antaño, "superadas", anticuadas...
En contraste -y en correspondencia con el espíritu de este video-, la Biblia nos llama a que pensemos en todo lo verdadero, en todo lo que es digno de respeto, en todo lo recto, en todo lo puro, en todo lo agradable, en todo lo que tiene buena fama. Piensen en toda clase de virtudes, en todo lo que merece alabanza (Filipenses 4:8).
Si este video puede aportar a este propósito en tu vida, te doy la bienvenida entonces al círculo de los optimistas empedernidos.

jueves, 6 de agosto de 2009

Heroes anónimos

Me gusta el texto de Hebreos 13:2 que menciona que no hay que descuidar la hospitalidad, porque por ésta algunos hospedaron ángeles sin saberlo.

Esta declaración da para muchas reflexiones. Se puede discutir acerca de la existencia de los ángeles, de su naturaleza, de la hospitalidad y la buena atención, de...finitivamente de muchas cosas.

Yo quiero referirme a un elemento que está implícito en el texto y tiene que ver con el factor sorpresa. La sorpresa de saber que el huésped no era lo que pensaba uno que era. Pero no se refiere a una sorpresa negativa, como cuando te percatas de que algo no anda bien y descubrir con horror la causa... y pero aun, el efecto.

Se trata más bien de sorpresas agradables. Sorpresas de la vida que vale la pena experimentarlas, pero que no se buscan. No son el resultado del curso intensivo de "cómo alojar ángeles" o "cómo estar preparado para cuando nos sorprenda un ángel". Son situaciones emergentes, inesperadas.

Y ahí está precisamente el corazón de mi reflexión. A ustedes y a mí nos ha pasado que cuando menos lo esperábamos, pero cuando más lo necesitábamos, surge la ayuda, la bondad, la atención, el cuidado, la empatía, y no de aquel que sabemos podría ayudarnos, si no de un total desconocido o incluso, de un conocido -aunque quizá quisiéramos no conocerlo- del que esperábamos menos que nada. Y sucede.

Nos hemos topado con personas que sin ninguna razón nos tienden la mano. Y se convierten entonces en héroes anónimos. No sabemos de ellos nada y ellos no saben de nosotros nada, pero eso no importa porque la falta de conocimiento no fue un obstáculo para involucrarse.

Estos héroes anónimos, nuestros ángeles improvisados, tienen el don de aparecer en el momento justo, en el lugar correcto. Y no piden nada a cambio, aunque comparten nuestra alegría o nuestra tranquilidad como resultado de sus acciones.

Y lo más interesante aun, son héroes, son ángeles aunque ni ellos mismos lo saben, ni tampoco lo pretendieron. Así que, no descuidemos la hospitalidad, con nadie, porque no sabemos si en realidad podemos estar atendiendo a ángeles, y lo único que estaríamos haciendo es devolviéndoles un poco de lo mucho que nos han dado.

viernes, 24 de julio de 2009

Creatividad en tiempos de crisis

Son tiempos duros. Es cierto.
Sirvan las siguientes recomendaciones como aporte a la tarea de sobrevivir estos tiempos mediante una actitud correcta.
1. Si abunda todavía, reparte, bendice a otros. Da con liberalidad
2. Si hay poco, disminuye las porciones
3. Si no hay, es buen momento para generar ideas
4. Si no alcanza, no trates de estirarlo. Aprende a vivir con lo que tienes.
5. Simplifica tus gastos. Gasta lo necesario
6. Asociate. Busca aliados estrategicos.
7. Informate mas. Mira oportunidades donde otros ven problemas.
8. No te quejes. Y si lo haces, que nadie se entere.
9. Hazle menos miserable la vida a los demás. Estos tiempos son una oportunidad para ser "personas humanas"
10. Intenta poner en practica tus ideas. Una, dos, tres.... tantas veces sea necesario.
11. Aprende de los errores. Son el curso intensivo para graduarte con honores en la vida.
12. Manten cerca a los amigos. A la familia, mucho mas cerca, en el alma, en el corazon y en la razón.
13. No te preocupes tanto por no haber cumplido tus expectativas a estas alturas de la vida, siempre y cuando lo hayas intentado.
14. Que no se te acuse de no haberlo intentado.
15. Si no lo has intentado, hay que comenzar ya porque estas retrasado.
16. Y como ya comenzaste, debes tener presente que vas a equivocarte tantas veces como lo intentes.
17. Deprimirte? A todos nos sucede. Una ducha bien fría ayuda. Te lo digo por experiencia.
19. Esta recomendación no es mía, y probablemente por eso es mas valiosa: "escudriñalo todo, pero reten lo bueno.
20. Si algo de esto te sirve, transfiere el concepto. Y además me avisas.