viernes, 3 de julio de 2009

Tiempo y paradojas

En el Sagrado Libro se habla de que hay que aprovechar bien los tiempos porque los días son malos. Efectivamente. Solo basta echarle un ojo a los medios de comunicación y nos daremos cuenta de que las cosas están mal y que no se percibe que van a mejorar. Es casi como que no vemos a los nubarrones desaparecer y la frase de aquel amigo: "nunca a una noche le sigue otra noche", pareciera que no es muy precisa en estos tiempos.

Estos tiempos son malos. Pero paradójicamente Dios nos sorprende en estos tiempos con las mejores cosas. Y es que con Dios no hay circunstancia que valga, porque los limites los impone EL y punto.

Por ejemplo, hoy precisamente el ángel con el que me case y yo nos dimos cuenta de que nuestro bebe en camino es un niño. Y eso, aunque contrasta con la idea que nos veníamos haciendo de que después de dos varones quizá era buen momento para buscar la niña, implica un sentimiento interesante relacionado con una cierta picardía familiar. Ahora seremos cuatro los hombres de la casa y una la reina de nuestro reino.

Definitivamente, Dios nos da buenas cosas, aun en tiempos malos.

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